El apuesto joven
Hace
mucho tiempo, en la diminuta ciudad de
Tecmak, vivía una joven, llamada Lili, que deseaba casarse con su príncipe
azul. Ella había planeado su boda
desde que estaba en la escuela. A
ella no le importaba si su futuro esposo tenía riquezas o fama, a ella
solo le importaba encontrarlo antes de morir. Un día mientras hablaba con sus
amigas escuchó que había un joven muy guapo, que viví en el bosque de la China que había dicho que aquella doncella que lo encontrara la
haría su esposa. Lili se dijo a si misma en leve voz, que ella lograría encontrarlo. Ella preparó sus cosas y
partió hacia el desconocido bosque.
Caminó por un día completo, pero no lo consiguió, la tristeza llego a ella y la deprimió. Cuando ella estaba llorando
desconsoladamente un pequeño duende
se paró frente a ella y le ofreció un pañuelo. Ella se asustó pero recibió el
pañuelo y sintió felicidad ya que vio que no estaba sola. Ella hablo con el duende y
le pidió ayuda. El duende la guió por un camino donde la naturaleza había sido hechizada por un mago para atacar alas personas que la destruían. Lili paso la
prueba y logró salir de allí intacta. Ella siguió caminando hasta que se topo
con lago fuerte y grande, cuando vio para arriba entendió que era un gigante. Ella juntó toda sus fuerzas y
grito para que el gigante la escuchara. El gigante bajo y le dijo: “Hola bella
joven, no soy tu enemigo, por favor no me vuelvas a gritar.” Ella se puso roja
y le dijo que la guiara hacia donde se encontraba el apuesto joven. El gigante
la llevó a la casa de un mago que sufría de ceguera y le dijo que le preguntara a él. Apenas entró la joven el mago dijo: “Hola
Lili, me parece incomparable la valentía
que has mostrado para llegar hasta acá. Siéntate en que te puedo ayudar.” Ella le
dijo que buscaba al joven y el le dijo que su casa estaba a dos ríos de allí. El
mago le dio una manta de invisibilidad
para no tener que pasar por ningún peligro. Ella le agradeció y le dijo que
apreciaba mucho la amabilidad y la amistad
que mostraban todos y que se los pagaría algún día. Lili caminó por tres días hasta que consiguió
una cabaña, ella tocó la puerta y esperó que le abrieran. Abrió el joven, quien
le sonrió y dijo: “ Estaba esperando por ti, mi dulce doncella.” Se casaron y vivieron
felices para siempre.
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